Desperté
y no estabas.
Ni una palabra
a la que aferrarme.
Tu mirada no esconde
un abismo
sino un argumento.
No es la luna
de mi noche,
son dos ojos negros.
Hay un armario nuevo
que abro
y desparrama errores.
Mi cuerpo descansa
sin echar de menos
y ya no me dueles.
Y fuera es invierno.
y no estabas.
Ni una palabra
a la que aferrarme.
Tu mirada no esconde
un abismo
sino un argumento.
No es la luna
de mi noche,
son dos ojos negros.
Hay un armario nuevo
que abro
y desparrama errores.
Mi cuerpo descansa
sin echar de menos
y ya no me dueles.
Y fuera es invierno.
Lo peor es despertar demasiado tarde para darse cuenta de que la puerta del armario estaba rota pero tenía arreglo, y de que en los ojos negros aún brillaba luz. Es triste despertar y que de pronto sea invierno y no se pueda volver atrás.
ResponderEliminarMe ha encantado esta composición, un abrazo!
...y tu comentario completa el texto a la perfección, Patricia :) Tristes caminos deambulan, a veces, los corazones. Abrazo!
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