26 de febrero de 2014

Somos


Nos formamos con las respuestas que nos enseñaron para las preguntas que nos hicieron en el espacio que nos dejaban. Crecemos peleándonos con sus teorías en el silencio de la mayoría.

Vivimos en simetría con el entorno en que nos desenvolvemos (por inercia o rechazo). Si alguien a mi lado se abandona, a mí se me quitan las ganas de hacerlo; si otro está muy alegre mientras yo estoy hundido, a mí me hunde otro poquito; y si estoy rodeado de demasiada tristeza, me apetecerá llenar mi espacio en la alegría. La ambición de hoy quiere suplir las carencias de ayer. Entregar tu vida a alguien o a algo te quita peso en tu propia vida. Más que acciones, lo que hacemos son reacciones. El vacío siempre está ahí, con la alegría, la pena, el amor y el odio… Nosotros participamos o no de ello, en función de nuestra posición respecto al grupo.

"No sabemos por qué estamos vivos” será siempre tan cierto como que estamos vivos. Las preguntas no tienen carga emocional: somos nosotros, ante una necesidad concreta, quienes buscamos las preguntas que tienen esa carga emocional. La respuesta suele ser simple y cruel: aceptación.

La falta de respuestas es igual para todos. Y de la misma manera que, si perdiéramos un brazo, no perderíamos nada de lo que somos, no podemos poner un límite físico a nuestra persona, ni en el interior, ni en lo social: somos lo que otros alentaron y lo que nos dejan ser ahora... somos, irremediablemente, una parte de ese "uno" social.

“La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti” (John Donne).

24 de febrero de 2014

Relaciones digitales (relato breve)

Se quedó atrapado en los ojos negros de la alumna nueva. Necesitaba saber de ella. Verla, donde fuese. Sintió la alegría de estar vivo, la necesidad de mejorar. Los rostros de siempre volvían a ser niños con las cosas de los adultos. Las grietas de las paredes hacían divertidas muecas a los caminantes. Las tazas de café titubeaban, graciosas, y las colillas se enredaban risueñas en los ceniceros. El tipo odioso de la tele se había convertido en un tío entrañable. Y ella siempre estaba en su mente. Quería contarle lo que pasaba por su cabeza y saber cómo mataba el tiempo cuando no había nada que hacer. Sus miedos. La noche era ese espacio inmenso y secreto donde podía perderse de su mano. Acariciar su pelo, acurrucada a su lado. Besar su cuello y olvidarse de todo lo demás.

El sol le descubría siempre con una sonrisa y no sabía responderle si el sueño había sido o acababa de empezar. Hasta que ella puso más datos en su perfil. Tenía novio. Los otros datos no los sabremos nunca. Le habían roto el corazón, otra vez. Siempre me pasa lo mismo con los cursos online, dejó ver, enigmático, en su estado de facebook.

Es mi relato para el II Concurso de Relato Breve "El Dios Tecnología" del Club de Escritura Fuentetaja

23 de febrero de 2014

Me salva

Me salva
mirar mis abismos
con tus ojos
y
levantar
con
nuestras
pobres respuestas
entrelazadas

21 de febrero de 2014

Devenires

La vida es el camino que va desde un no saber hasta un te hubiera gustado ver esto. Empieza por uno y acaba en otro.

En vilo

Tanto visitante inesperado le hizo pensar en lo peor. Los médicos no le habían contado la verdad y de allí no iba a salir. Hasta que apareció su tío para anunciarle la buena nueva, más nueva que nunca: el Consejo de Administración había decidido aceptarle como miembro.


Es mi microrrelato para el concurso de Relatos en Cadena, en la SER, de esta semana. Debe empezar por "Tanto visitante inesperado"

17 de febrero de 2014

Noche

Despertó sobresaltado. Como recibiendo una explicación, recordó haber alargado su mano para apagar el despertador. Se había quedado dormido en esos “cinco minutos más”. Sus ojos iluminaban el reloj, que marcaba las 09:15. Tampoco es tan grave, pensó mientras giraba la cabeza y comprobaba que, lo que realmente estaba iluminando la habitación era una enorme luna que parecía señalarle.

Miró su móvil, para comprobar si la hora del reloj era correcta. Puso la televisión, por si se habían vuelto locos los otros aparatos de su casa. A esas horas, debería estar el Sol iluminando la mañana... en la tele deberían estar hablando de algún fenómeno extraño. Nada. Normalidad.

Se vistió rápidamente y salió para el trabajo. Le acompañó la enorme luna hasta la puerta, sin que ninguna emisora hablase de por qué, a esas horas, la luna gobernaba el día. Con entusiasmo entró en la oficina. - Eh, ¿qué te parece, la luna que hay en el cielo? - Sí, preciosa, está enorme... - Ya, pero, que son casi las 10:00 y es de noche! - Bueno, cómo venimos... ¿ha habido juerga hasta tarde?

El pesado de Contabilidad aprovechó para darle una lección sobre el movimiento de rotación de la Tierra. A todos le parecía normal que por el día fuera de noche. Y ninguna broma podía haber puesto de acuerdo a personas que se odiaban tanto entre sí. La falta de comprensión le apretaba las sienes y, por momentos, se le hacía insoportable.

La jornada fue transcurriendo por resignación. Como sus nervios, de más a menos. Hasta que, bien entrada la tarde, empezó a asomar por la ventana una claridad conocida. Era el Sol apareciendo, poniendo en marcha la noche. Empezó a mirar, disimuladamente, a todos los compañeros que tenía alrededor. Ninguna reacción. Era lo normal. Y apenas empezó a liberar una carcajada nerviosa, se percató de una de las compañeras nuevas. Ella le miraba. Parecía querer decirle algo. Y él la necesitaba. Se acercó dando unos interminables pasos hasta hacer coincidir, ya de cerca, sus miradas. – ¿Es raro, verdad? Titubeó ella. Él resopló. Se sintió libre, estaba en lo cierto y alguien le comprendía, no estaba solo... - Vámonos. La noche será lo que nosotros queramos.

16 de febrero de 2014

Autodeterminación

Por mis cabales deambulan pesados fantasmas. Sonrisas convertidas en olvido. Entusiasmadas miradas en miradas perdidas. La sábana que invitaba a compartir un despertar es hoy una lágrima pegada toda la mañana. El Sol trae ausencias que entierran a las anteriores. Un segundo sin reloj que lo contemple. Gotas de lluvia que no son escuchadas.

Al fin y al cabo, nosotros creamos cada momento. Y ninguno es más real que otro: caras que vienen y se van, amores irremediablemente a medias, amigos que ya no están, promesas que eran mentira y qué querías que hiciera. Puedes buscar a alguien en lo vivido, pero ese alguien ya no es la misma persona. Y ¿cuánto era inventado, mientras estabais juntos? El pasado y el futuro son dos caras de la misma moneda.

Reconozco la tentación de crear esos momentos que necesito de la mano del alcohol o alguna droga. También hay momentos en los que me imagino dirigiendo mi caída hacia alguno de los criminales que tanto odio. Quizás así mi vida habría servido para algo... pero, como en el poema de Brecht, dar cobijo a un indigente una noche de invierno no acaba con la explotación. De nada vale saber qué es lo que quieres, si te quedas con lo primero que encuentras. Me gusta imaginar que no me cambian las carencias ni las puñaladas, y que hay más que aguantan, como pueden, como yo. Vivir es aprender a morir. Y seguir siendo como soy será el mejor de los finales.

Soul to squeeze (RHCP)

13 de febrero de 2014

Ganado

Salió de casa para ir al trabajo. El vecino de enfrente esperaba al ascensor, con el mismo propósito. Que en la fábrica están despidiendo a gente. Claro, no se venden coches. Parón en el segundo: una vecina reclamaba su espacio en el cubículo, camino a la oficina. Que están echando a gente. Que claro, que no se venden coches. Así hasta que la planta baja, tan baja como sus cabezas, les arrojó al mundo para ir al mismo sitio pero separados. Hasta luego. Él, que siempre iba en transporte público, empezó su caminata. Disfrutó la amabilidad de otro vecino que le sujetó la última puerta de la urbanización. No podía saber que solo era amable cuando las acciones de la empresa de coches subían. Gracias. Siguió caminando. Y, como nunca miraba a la cara, la vista solo le alcanzó a ver la camiseta de un chaval que esperaba a alguien: “Who wants to live forever”. La frase le hizo pensar mientras se asomaba, frente a él, el autobús. Aceleró el paso, poniendo los ojos en el autobús tanto como el conductor del coche que venía a su espalda los tenía en el reloj. Si llego tarde al trabajo otra vez, me despiden.

Su última imagen fue la marca del coche pasándole por encima. Ese día no echó a nadie.

9 de febrero de 2014

Amor a tres

La toalla irrumpió en el salón con un sugerente bailecito. Pero él siguió tumbado en el sofá, mirando hacia esa botella. Solo quien ha recibido amor está capacitado para amar, pensó, medio vacía.

7 de febrero de 2014

Palíndromo escacharrado o "esta derrota es mía"

Verse en ti
para ser por fin
ser sin ti
para que te verse

Creación literaria

Con la compasión del vencedor
mis demonios confesaron su secreto:
los necios están a salvo.

Aturdido,
me acerqué a ver tus textos
y acabé mirando tus ojos
con los míos

5 de febrero de 2014

Vacío

No hay mayor abandono que olvidar por qué tomaste una decisión.

A él le ocurrió cuando vio a la vecina del tercero contemplando una foto suya, tumbada en la cama. Sintió la música que jamás había tocado su árido corazón.

Pudo notar el aire fresco rompiendo el desprecio de sus padres, sus profesores y sus jefes y archivando la inutilidad de su cuerpo.

Los pequeños del segundo creaban universos paralelos allí donde alcanzaban sus pequeñas manos.

Y la señora del primero se esmeraba en limpiar la vida frotando fuerte sobre el cristal, al otro lado de la ventana.

4 de febrero de 2014

Autodestrucción

Recupero esto que escribí en una de mis mudanzas con los muebles del amor. Removiendo conceptos mejoramos las herramientas que nos trabajan, las palabras:

Necesito a alguien a quien decirle que es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Que nunca nadie me hizo sentir así.

Necesito que me necesites.

Que me hagas sentir especial si pienso que solo eres para mí...

Y me sienta completo diciéndome que soy solo para ti.

Que cambiaré tus males y aceptarás, como yo, los míos.

Podré decir "te quiero", que es como decir que solo te salvo a ti.

Renunciando a todo lo demás por esa idea en la que te has convertido.


"El amor no es escencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un “objeto” amoroso. Si una persona ama sólo a otra y es indiferente al resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica, o un egotismo ampliado." (El arte de amar, Fromm)

3 de febrero de 2014

Tess (en "Raro", de Benjamín Prado)

Tengo que recuperar aquí este fragmento de "Raro", de Benjamín Prado. Está dentro de la novela, pero parece un microrrelato:

"Tess era uno de esos coches que aparecen de pronto en las calles del centro cubiertos de nieve de alguna montaña lejana y la gente se da cuenta de que querría estar en esa montaña y toda la ciudad empieza a parecer una ciudad distinta y peor y sus relojes van más despacio y sus sábados están más lejos. Sólo que su nieve no se deshacía, aquel coche estaba cada vez más blanco mientras el mundo seguía dando vueltas con sus veranos e inviernos, con sus noches de lluvia y sus tardes de sol. Nuestras habitaciones volaban por los aires y ella escribió un poema que hablaba de las formas en que se fundían las líneas de nuestras manos y yo descubrí que cuando la escalera termina puedes seguir subiendo. Y, de repente, la nieve empezó a deshacerse"

1 de febrero de 2014

Crisis

No quedaban galletas integrales. Las de avena, las de siempre. Ayer no se acordó de comprarlas. Tocaba ir al trabajo con las pilas de un solitario Nespresso.

Al entrar en el ascensor se dio cuenta de que le faltaba algo. Probablemente la mitad del alma, pero no hubiera podido saberlo, porque nunca le preocupó esa materia. Miraba las cuatro paredes del ascensor y parecía que otros ojos las estaban descubriendo en los suyos. No las recordaba así. De hecho, no las recordaba ¿cómo eran las paredes de este ascensor? se preguntó antes de salir de él y toparse con otras paredes, de un gris aburrido y manso, que le llevaban al garage. Pensó que llevaba mucho tiempo allí para no haberse fijado en nada de ese edificio, y al momento sintió la indiferencia que le venía de vuelta. Sintió un escalofrío mientras, por inercia, sacaba las llaves del coche. Pero en el lugar donde debería estar su coche había otro coche. Como dominado por una fuerza externa, la misma que le había levantado de la cama esa mañana, introdujo la llave que sostenía en la mano y el coche le respondió un sonriente "tap tap", invitándole a empezar la jornada. Recorrió las calles de la ciudad ajena, dando por hecho que iba al trabajo. La ciudad diferente le condujo hasta un edificio extraño, sin personalidad, como él, y sin ningún sentido. Allí dentro, todos le deseaban buen día a su paso. Un paso que se detuvo en el que debía ser su sitio. La cara le quedaba a la altura de un ordenador que le iba indicando la tarea. Entonces, apareció ella, brillante, inmensa, ofreciéndole constelaciones al gusto de sus ojos verdes. Tampoco. Tampoco sabía quién era ella. Pero eso ya no le importó.