21 de junio de 2014

Noche de noches

Escucho,
a lo lejos.
Tus palabras
recorren
la calle de siempre.
Esta noche de noches
guarda
una lluvia
que nos pille en el medio.
Y me empapa el silencio
otra noche de noches
(no sé cuántas llevo).
Un ladrido insolente
me parece un reproche.
Pasa un tren, puntual,
que ahora suena a lamento.
Y las mismas estrellas
que nos hablan de ti.
Yo me voy a mi noche,
a soñarte aquí.

16 de junio de 2014

Jodido

Estoy jodido.
Apareces
y me convierto
en sonrisa.

Nerviosa
torpe
que
da vueltas
y no sé qué más.

Sabes que te quiero
robar el tiempo
y me vale,
por el momento.

Cuando te alejas
un nudo de nada
menos
miedo
me invade por dentro.

Estoy jodido.
Menos mal que estoy jodido.
Si no,
estaría como antes
de estar contigo.

13 de junio de 2014

Especies

Me miró extrañada. No es habitual andar persiguiendo a un bichito torpón, de los que hacen un ruido molesto con ese caparazón grueso, loco por seguir una luz que quizás solo es un reflejo. Le solté al otro lado de la ventana. No tenía por qué ser su final. Verás, el bichito ni siquiera tiene noción de sí mismo, ni siquiera sabe que existe. Y acabar con su vida por mi comodidad o por estética me convertiría en algo que no quiero ser. Si me pica o me muerde, pues habrá tenido más valor mi acto. El dolor es la medida de todas las cosas. Creo que actuamos siempre por interés. En este caso, porque me siento mejor ayudándole. Sin embargo, me atormenta pensar que hacemos el bien por interés tanto como podemos causar el mal por interés. Por eso, la opción dolorosa es la que quiero seguir.

Mira, aquí está, la cita de Pessoa: “Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos”. Pero ella me miraba y yo me empeñaba en colgarme de ella. Su sonrisa, sus ojos llevándome de un lado a otro, sus movimientos de mano... y, a cada segundo que pasaba, Pessoa tenía menos razón. Pessoa, yo, el bichito. Lo correcto, lo incorrecto...

Allí estaba yo, sabiendo por fin lo que era, y rogando porque no me matase.

9 de junio de 2014

Encontrándome

Lo reconozco.
Me torturo demasiado.
Sin saber por qué
y sobre todo por eso.
No me gustan las respuestas
preñadas
de miseria.
Me ataca la duda,
si merece la pena.
Hay un miedo latente
que comprende
el bien y el mal
como tipos de interés.
Otro juego
de marionetas
y ya no somos los mismos.

Todo me da igual
o menos
hasta que pienso
que esto mismo
te podría estar pasando a ti.

1 de junio de 2014

Cupido cabrón

Déjame desnudarte otra sonrisa,
pasear por tus palabras caricia,
soñar un beso robado
de nuevo.
Soñar, solo es eso,
que no caiga el telón
con el letrero
que diga
lo que los dos sabemos.