31 de mayo de 2017

Microcuento 65

Él caminaba la tristeza
de quien sigue a lo perdido.
Ella plantó una barricada
de sonrisa firme.
Al impacto
brotaron amaneceres.

Microcuento 64

Jugaba a reconocer las matrículas
de camino a la oficina,
enredaba las noticias
al señor de los cafés,
buscaba otro pasado
en el patio del colegio
pero no conseguía escapar de ella

17 de mayo de 2017

15 de mayo de 2017

14 de mayo de 2017

Microcuento 54

Se cayó en un adiós
y ya no recuerda
cómo caminaba antes

Microcuento 53

Era la flor que para conocer más lugares debe arrancar sus raíces
y después renovar esa herida para sobrevivir

Lejos

Un silencio herido
de refugiados, pateras
y sonrisas forzadas
como promesas,
palabras presas de una vida
que se ha quedado
a las puertas

Marea baja

Nos quedamos en la orilla
anclados
mirando bajar la marea
y con ella
nuestro castillo de arena

Noestalgia

Palabras ahogadas en la orilla,
nombres que se fueron
y nunca dejan de estar.
Barcos hundidos
en el café de siempre
nostalgia para desayunar

11 de mayo de 2017

Mi calle

Se instalan las nubes de tu ausencia y mi casa es la sombra del lado izquierdo de mi cabeza. Esta calle solo trae
el dolor de muelas de la pobreza

10 de mayo de 2017

9 de mayo de 2017

Noche en la ciudad

No quedan
trajes ni maquillaje​.
Solo deseos vagabundos,
una desesperación que no calman
esas luces azules
y yo, preguntándome
donde estarás

8 de mayo de 2017

Microcuento 51

Guardó sus labios de mariposa

y su mirada de fiera devorada por dentro
en la cajita de los imposibles.
De vez en cuando sonríe y los pasea.

6 de mayo de 2017

3 de mayo de 2017

El puente

Este puente, como en el juego, he tenido la suerte de ser llevado por la corriente para avanzar en el tablero. Un viaje familiar que sobre todo ha sido un viaje a las raíces, esas que se ocupan de absorber el alimento para poder dar nuevas semillas. Los mejores ratos me los regaló la pequeña de mi primo, Clara. Sacamos el jugo a muchos cuentos, un dominó de animales, un juego de memoria de los Pitufos y un “picnic” cuando tocó. Me devolvió a la infancia desde el primer momento. Al cariño sin medida, al presente como única intención, a llorar por despegarse. En definitiva, todo lo que me he ido dejando por el camino. Más tarde, en otro hogar sin puertas me enseñaron lo que escribió una prima mía, más joven que yo, cuando mi padre murió el año pasado. Contaba los guiños que él le hacía para atraparle en el mundo de los libros, porque mi prima apuntaba maneras. A escondidas, le regalaba libros que no eran infantiles, como los que llevaba los demás sobrinos. Hoy escribe fabulosamente. Mi prima también se llama Clara. En su texto hablaba de cómo esos libros que le llevaba mi padre y su preocupación por animarla forman parte de ella. Libros, picnic, ausencias, distintas formas de acercarse. El camino para recuperar lo perdido.