16 de febrero de 2014

Autodeterminación

Por mis cabales deambulan pesados fantasmas. Sonrisas convertidas en olvido. Entusiasmadas miradas en miradas perdidas. La sábana que invitaba a compartir un despertar es hoy una lágrima pegada toda la mañana. El Sol trae ausencias que entierran a las anteriores. Un segundo sin reloj que lo contemple. Gotas de lluvia que no son escuchadas.

Al fin y al cabo, nosotros creamos cada momento. Y ninguno es más real que otro: caras que vienen y se van, amores irremediablemente a medias, amigos que ya no están, promesas que eran mentira y qué querías que hiciera. Puedes buscar a alguien en lo vivido, pero ese alguien ya no es la misma persona. Y ¿cuánto era inventado, mientras estabais juntos? El pasado y el futuro son dos caras de la misma moneda.

Reconozco la tentación de crear esos momentos que necesito de la mano del alcohol o alguna droga. También hay momentos en los que me imagino dirigiendo mi caída hacia alguno de los criminales que tanto odio. Quizás así mi vida habría servido para algo... pero, como en el poema de Brecht, dar cobijo a un indigente una noche de invierno no acaba con la explotación. De nada vale saber qué es lo que quieres, si te quedas con lo primero que encuentras. Me gusta imaginar que no me cambian las carencias ni las puñaladas, y que hay más que aguantan, como pueden, como yo. Vivir es aprender a morir. Y seguir siendo como soy será el mejor de los finales.

Soul to squeeze (RHCP)

2 comentarios:

  1. Cavilaciones muy profundas mezcladas con un aprendizaje vital, con penas y expectativas rotas...A veces pienso que nuestras mentes son una extraña y compleja maquinaria, ¡fíjate en la cantidad de cosas y en la calidad de las mismas!, nuestros pensamientos que se mueven en círculos y nos mueven a nosotros, y así es como vamos haciendo el camino...Me ha gustado mucho Andoni.
    Un abrazo

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  2. :) Es una recopilación de mis tormentos de siempre, Sofya... que todo desaparezca siempre me ha resultado muy desalentador. Y que, personas a las que quieres, desaparezcan sin más o pasen a ignorarte, es peor aún. Vivimos en una sociedad de escasa empatía... y qué mejor manera de salvarse que pelear con uno mismo por mantener la empatía propia y no fallarse nunca. Un reencuentro necesario para encontrar al otro /la otra, a quien de verdad lo merece, quien pelea porque no le arrastre la corriente del egoísmo ;)

    No encuentro otro sentido para seguir vivo que éste... el resto es pura biología.

    Abrazo!

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