27 de enero de 2014

Catarsis

Ha sonreído al verme
y el mundo ahora es mágico
como el horizonte de un niño.

Imagino,
revoloteando,
una mariposa
que se mira en el río.

Cada mañana despierto
en una sonrisa
y empieza mi sueño.

Hasta que un día,
el menos pensado,
el mismo sabor
de otras veces.

Nevera vacía,
estruendo sordo
en la angustia de siempre.

Crece el niño de repente
y todo está en su sitio,
que no es el mío.

Pobre certeza:
me encuentro solo
porque
me perdí contigo.

Era a ti
a quien sonreías.
Y el río continúa
sin mariposa
en que verse.

2 comentarios:

  1. La poesía no es mi fuerte y espero disculpes mi atrevimiento.
    No entendí bien los dos primeros versos de la última estrofa, porque es como si cambiaras de punto de vista respecto de las anteriores, en primera persona.
    Era a tí
    a quien sonreías
    (...) el resto está muy bien, pero me saltaron esos dos versos, probablemente por que no los entendí.
    Muchos saludos

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    Respuestas
    1. Hola Mirella! Aquí me dio por hablar del despertar del amor... construyes una fantasía que lo cambia todo, que te hace imaginar una realidad mejor de lo que era antes... pero acabas descubriendo que un@, al final, lo que está amando, es a un concepto propio: está intentando completarse a través de otra persona... por eso, la persona que le sonreía en la primera estrofa, en realidad, se estaba sonriendo para sí (en la última). El amor es la ilusión más bonita y necesaria, pero soy muy escéptico con ella :D

      Gracias por tu comentario... toda crítica y opinión es bienvenida, que de eso se trata ;)

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