Salió
de casa para ir al trabajo. El vecino de enfrente esperaba al ascensor, con el
mismo propósito. Que en la fábrica están despidiendo a gente. Claro, no se venden
coches. Parón en el segundo: una vecina reclamaba su espacio en el cubículo,
camino a la oficina. Que están echando a gente. Que claro, que no se venden coches. Así
hasta que la planta baja, tan baja como sus cabezas, les arrojó al mundo para
ir al mismo sitio pero separados. Hasta luego. Él, que siempre iba en
transporte público, empezó su caminata. Disfrutó la amabilidad de otro vecino que
le sujetó la última puerta de la urbanización. No podía saber que solo era amable cuando las acciones de la empresa de coches
subían. Gracias. Siguió caminando. Y, como nunca miraba a la cara, la
vista solo le alcanzó a ver la camiseta de un chaval que esperaba a alguien:
“Who wants to live forever”. La frase le hizo pensar mientras se
asomaba, frente a él, el autobús. Aceleró el paso, poniendo los ojos en el
autobús tanto como el conductor del coche que venía a su espalda los tenía en
el reloj. Si llego tarde al trabajo otra vez, me despiden.
Su última imagen fue la marca del coche pasándole por encima. Ese día no echó a
nadie.
Una mirada objetiva que describe la realidadd que están viviendo tantos en distintos lugares del mundo.
ResponderEliminarUna escena que podría ocurrir en Madrid, Milán, Buenos Aires, New York.
Preocupación económica y laboral, indiferencia, apuro y distracción.
Muy buena la línea final.
Saludos.
Cierto, Mirella. Por todo el planeta gobiernan fuerzas económicas que nos encadenan y nos llenan de miedo. Hasta qué punto nos fijan cómo vivir y dónde centrar nuestra mirada... vivir para trabajar o vivir del trabajo de otros, para llenarnos de cosas que, si lo pensamos bien, no es lo que más necesitamos.
EliminarUn besote! :)
La vida misma... Me ha encantado la naturalidad con la que las vidas de los personajes se deslizan por tus líneas... Van transcurriendo en un espacio breve y lo más bello es que dan tanto que pensar...De nuevo ante otra reflexión.
ResponderEliminarUn abrazo Andoni
Y a mí me ha encantado que conectases con el texto tan bien :) es muy denso y pasan varios personajes, algo que suele complicarlo todo...
EliminarUn abrazo Sofya!
Ese puntito gore sin caer en fatalismos me ha encantado.
ResponderEliminarTienes una manera diferente de contar relatos que hace que al lector le resulte fácil su lectura pero para el escritor es complejo aunar tantas historias separadas tan solo por puntos. Va a ser que tienes un don :)
Un besote!
Gracias, Mónica! Ahora me sonrojas tú :)
EliminarBesote!
Buena frase la de la camiseta, qué paradoja, eh. ¿Quién quiere vivir para siempre? Yo creo que lo que todos queremos es, de una vez, empezar a vivir bien... Lo que cuentas es una realidad palpable y agobiante, somos como hormigas que solo piensan en sí mismas y tratan de sobrevivir al día a día, ya no somos una comunidad ni miramos por el vecino, ése que puede echarte del trabajo, bajarte el sueldo y atropellarte con el coche o con las palabras.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo, no tanto por sentirme bien al leerlo, sino porque transmite y llega.
Un abrazo :) :)
Desde luego, Patricia. Y mantener la capacidad de verlo parece que nos salva un poco :)
EliminarRecuerdo la dedicatoria con la que daba entrada Punset a uno de sus libros: "a todos aquellos que han descubierto que hay vida antes de la muerte". Esa pregunta solo te puede llevar a pensar en cómo vives, si estás haciendo lo que quieres. Hoy, más que ayer, la avaricia de unos lleva a que otros vivan peor y con miedo. Y, así, ni unos ni otros son dueños de su propia vida. Para ser necesitamos del otro. De su mano y de su diferencia. Solo somos en función de algo común y solo tenemos particularidad cuando existe otra manera de ser o de vivir. Pero ocurre lo contrario porque, como en todos los ámbitos, lo que ocurre acaba siendo lo que "funciona": el sistema económico impone que unos vivan de la explotación y otros vivan de ser explotados. Y todos aislados y enfrentados entre sí. Sí, todos los actos son de personas... pero personas despersonalizadas, que no viven según sus propias decisiones ni tienen noción de los espacios comunes.
Abrazo! :) :)