30 de noviembre de 2014

Tugce

Hoy puedes acabar un día de fiesta en la cola de un McDonalds en una ciudad alemana. Quizás pensando que estás a punto de cumplir 23 años, cuando la ley te exige decidirte por la nacionalidad tuya o la de tus padres. Y en todo lo que has aguantado a cuenta de tu origen turco. Los gritos del baño te devuelven al McDonalds y te recuerdan otra cosa: eres mujer. Piensas que así es como pedirías auxilio. Y en todo lo que has aguantado a cuenta de tu condición sexual. Así que no dudas en acercarte para comprobar que dos chicos están abusando de dos chicas borrachas. Consigues boicotear la agresión. La más alta cualidad del género humano, sentir en el otro, lleva tu nombre turco. Pero las peores fronteras siguen estando en nuestras cabezas. Y alemán es el silencio y la promesa sobre un bate de béisbol. La bella Tugce ya no puede despertar más que una punzada en nuestro interior. Han sido sus padres quienes han decidido que las máquinas la desconectaran de Alemania el día en que cumplió 23 años.

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