30 de noviembre de 2014

28 de noviembre

Vigo, 28 de noviembre. Barrio de O Calvario. Un hombre entra en una sucursal bancaria con un arma y dos cargadores. No sabemos si quería salvar a su familia o reclamaba una vida de tarjeta Black. La policía acude a defender la propiedad de los ricos. Imaginaos la que se puede liar si cualquiera puede tomar lo del otro, cuando le apetezca. Como los consejos de ministros se llevan tus escuelas, tus hospitales y tus derechos. Las eléctricas tu sueldo. El banco tu casa. El empresario tu trabajo... La policía está para que solo te roben los de siempre y atraco es intrusismo. Va contra el orden. Y en este país, contra el orden, solo se disparan balas. Una va a parar a una agente de policía. Más de veinte al atracador. Otra a otro agente. Otra se dispara desde Murcia: un chaval escribe en twitter “bravo por el atracador, ha conseguido que dos delincuentes queden graves”. Quizás lo dice por los seis policías que están en prisión acusados de asesinar a un hombre a pocos kilómetros de su casa. Se oye cargar el arma desde algún despacho de la capital y el chaval es detenido en cuestión de horas. Una bala perdida impacta en el brazo de la trabajadora de la sucursal bancaria, tomada como rehén por el atracador. La agente de policía ha muerto. Como la rehén, no llevaba chaleco antibalas. Comparte final con el atracador. El alcalde suspende el acto de alumbrado de navidad.

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