19 de octubre de 2016

Bichos

He dejado boquiabiertos a algunos compañeros. Se coló una avispa en la oficina y la mayoría se ponen muy nerviosos. Una compañera incluso intentó matarla atizando con los papeles del trabajo, quizás para compartir el daño que le causan. Eso hizo que me levantara y ayudara a la avispa a salir por la ventana (confieso que la había visto, pero quería que les asustara un rato). Se ha hecho un poco la remolona, pero al final se ha posado en el estor. Le he ofrecido mi mano con suavidad y se ha subido a ella… y así de lentamente la he invitado a salir de esta pocilga, mientras daba agradables pasitos encima mío. Nadie contemplaba esa salida. Tampoco entienden que valore más esa vida que la de muchos de ell@s.

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