31 de octubre de 2016

Nocturno

No es importante
la hora a la que empezó
mi noche

Las ganas de desaparecer
el vacío de sombras
de lo que un día fue.

La superstición
de saber casi todo
salvo si queda
algo
que no duela.

Uno entiende pronto
que tendrá que enterrar muchas cosas,
pero no que cargará con los fantasmas,

cadáveres de la confianza,
amores descompuestos,
tiesos, desfigurados.

El niño muerto, un beso,
mentira, tus pechos al descubierto,
Nietzsche y Rajoy se abrazan
y "no pienso sentirme culpable",
las mismas palabras mojadas,

aunque esta nube
nunca rompa
a llover.

Caí en la cuenta
atrás
de tu silencio,
un pozo
donde no hay deseo
y vago
apenas
solo
duermo

Yann Tiersen
Sur le fil

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